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Editorial
Desde sus primeras obras en los setenta, la artista neoyorquina Roni Horn ha dejado constancia de su preocupación por la naturaleza y el paisaje, y, en especial desde que viajó a Islandia, por el efecto de la globalización en la cultura y en el individuo.
En esta exposición, diseñada por ella misma y comisariada por Bárbara Rodríguez Muñoz, explora formatos como la fotografía, el texto, la performance y el dibujo, con los que expresa, conceptualmente, cuestiones relacionadas con la identidad y el lugar.
Fotografías: Jonás Bel